Conductas no deseadas

Mi perro se come el sofá

No le eches la bronca al llegar a casa, no lo va a entender. Te explico qué debes hacer.

Muchos propietarios no saben qué hacer cuando llegan a casa y se encuentran con el sofá revuelto, desmontado y destrozado por mordidas, muchos muebles mordisqueados, el parquet levantado por rascadas o hinchado por orines, objetos rotos por el suelo… solo piensan que su perro es así: “mi perro está loco”, “mi perro es un destroyer”, “mi perro es un cabrón”… todo esto son excusas a unas acciones de las que no saben las causas, y como todo en la vida, tiene solución, solo hace falta encontrarla.

El perro que actúa de esa forma, sencillamente se está comunicando contigo de alguna manera, como propietario y responsable del perro, de que algunas de sus necesidades no están siendo cubiertas. El perro buscará sus necesidades donde sea y como sea, si no cubres su necesidad energética, por ejemplo, correrá por casa como si no hubiera un mañana. Si apenas sacas a tu perro puede que desarrolle lo que llamamos estereotipias (acciones repetitivas sin ningún objetivo concreto), muy difíciles de corregir si se asientan en el perro.

 

Es importantísimo hacerse con una cámara de vigilancia para ver qué hace tu perro, sobretodo de cachorro.

 

Cuando ocurren todas estas situaciones hablamos generalmente de que el perro sufre de ansiedad por separación, es decir, que tienes un perro menos independiente que le partido porpular, con un apego excesivo hacia tí y que, por tanto, no es capaz de estar solo durante unas horas.

La ansiedad es una emoción caracterizada por el sentimiento de miedo, temor, aprensión, inseguridad, como consecuencia de una insatisfacción natural de las necesidades del perro. Generalizamos como concepto llamándolo “ansiedad por separación” a todo el conjunto de malas conductas que derivan en un gamberrismo excesivo por parte del perro cuando nos vamos de casa, pero como vemos existen numerosos matices, que abarcan tensión, nervios o estrés y que por tanto, cada situación y cada perro debe trabajarse de forma diferente.

Como adiestradores intentamos encontrar la raíz del problema para poder hacer un trabajo eficiente. No obstante, el trabajo suele ser global, ya que en la mayoría de los casos, la causa es la misma, la humanización del perro.

Recuerda que como propietario, no solo por sentido común sino también por ley, debes cuidar su bienestar, su higiene y su educación. Hago hincapié en la última parte, pues no tenemos derecho a quejarnos de un comportamiento que hemos ido alimentando, en la mayoría de casos, por no respetar su naturaleza.
Ley Orgánica 1/2015, Art 337 del Código Penal, aprobada el 30 de marzo y puesta en vigor el 1 de julio.

 

CAUSAS Y SOLUCIONES

  • HUMANIZACIÓN DEL PERRO


    • Abrazos. Se le abraza de forma excesiva y a todas horas, lo pida o no el perro. Piensa en su madre canina, si quiere convertir a su prole en perros “copito de nieve” o en capaces e independientes. Abrazar excesivamente mete al perro en una burbuja de bienestar que tiene doble impacto, por un lado sobreprotección (con lo que no sabrá cómo reaccionar ante una situación desconocida o de estrés, dando lugar a problemas de reactividad, agresividad… por no saber afrontar esas emociones), y por el otro reforzamos todo, absolutamente todo (las caricias son un refuerzo natural para el perro, como los lametones de su madre cuando son cachorros, pero corremos el riesgo de reforzar malas conductas como ladridos o nervios, intentando calmar a nuestro perro con caricias).
    • Saludos y despedidas. Despedirse al marchar de casa o saludar al llegar, tiene doble negativa. Al despedirnos del perro le estamos dando algo que le gusta mucho, un mimo, una caricia, etc., y seguidamente nos pierde de vista. Lo que estamos haciendo es aumentar su deseo de vernos, incrementando su estrés y ansiedad. Si además sumamos saludarle al entrar en casa, que nos recibe con toda esa ansiedad, solo estamos reforzando ese estado y por tanto esa conducta. Es un circulo vicioso que debemos romper. La solución es bien sencilla, ni abrazos ni caricias al irte ni al llegar a casa. Haz las cosas de forma natural, como si no estuviera, hasta que se calme. Ese será el momento de reforzar esa conducta de calma, de hacerle entender que eso es lo correcto y que no me necesita a su lado a todas horas, por su bien.
    • Permisividad. El hecho de darle lo que pida cuando lo pida, hace que nuestro valor como propietarios caiga en picado. El perro necesita la sensación de liderazgo, como un niño pequeño al que se le permite todo lo que pide, acaba siendo un adulto irresponsable. En este caso, un perro destructivo y maleducado. No le des comida de la mesa jamás, solo es necesaria una vez para que no deje de pedir nunca. Debes ser muy rígido en las normas, el perro es bidireccional: o siempre sí o siempre no.
    • Dormir en tu cama. Si duerme contigo o se sube al sofá, bájalo desde este mismo instante, no le permitas que suba. El sofá no es del perro, no debe subir donde no le pertenece. Esto es importantísimo, sobretodo cuando el perro tiene este problema de ansiedad. Muchas veces poniendo límites claros, el perro cambia en pocos días. Además de que nuestro valor aumenta frente al perro y vemos también como de repente nos hace más caso. Recuerdo que estamos intentando corregir un problema que deriva de malas acciones por parte de los propietarios. Hay perros que no lo necesitan porque tienen más seguridad en sí mismos y otros a los que podemos dejar subir al sofá porque ya son adultos y se les ha educado lo suficiente como para que sepan cual es su sitio. Si no quieres complicaciones ni matices, lo etológicamente correcto es que no suba al sofá y que duerma en su cama en otra habitación.

 

  • FALTA DE DISCIPLINA


    • El transportín. Habitúalo de forma positiva a un transportín y que ese sea su lugar de confort. No lo obligues, hazlo prograsivamente. Se trata de que el perro tenga un lugar privado al que le guste acceder, en el que podamos dejarlo cuando no estemos en casa y que al estar cómodo allí, esté tranquilo. A pesar de la creencia de que un perro necesita espacios grandes, todo lo contrario. Sus necesidades son actividad física y disciplina. De hecho cuantos menos estímulos tengan, más tranquilos están, por eso es vital positivizarle el transportín lo antes posible.
    • Ejercicio. Hacer ejercicio es vital para tu perro, ya sea con un mínimo de salidas al día (al menos 3 de 30 minutos cada una), sea corriendo con él o haciendo alguna actividad o deporte canino. Cada perro tiene una energía interna, como una batería, y debe ser consumida a diario para cubrir su necesidad energética. Si no la consumimos, el perro lo hará por su cuenta, porque lo necesita. Esto deriva en problemas de comportamiento como ladridos repetitivos, carreras por casa, destrozo de muebles, etc.
    • Juego. El juego es la actividad más importante para el perro, tanto en aprendizaje, como en socialización con otros perros, desgaste energético y vínculo con el propietario. Evidentemente es importante que el perro juegue con otros perros, pero no debemos olvidar jugar nosotros con él si no queremos perder vínculo. La mayoría de técnicas de adiestramiento las basamos en juegos, es la mejor manera de que el perro actúe conductualmente como queremos. Le enseñamos un camino más divertido, y lo sigue porque estamos jugando y le resulta divertido.
    • Olfato. Es imperativo trabajar el olfato del perro, todos los días. Podemos hacerlo en los paseos, o en casa, hay montones de juegos de olfato que podemos realizar con nuestro perro, juegos con comida o juegos de discriminación, juegos de búsqueda… no se trata solamente de que puedan obtener información, sino que para un perro es agotador olfatear. 10 minutos de olfateo equivalen a 1h corriendo, así que para cansarlo y evitar destrozos en casa porque le quede energía remanente, trabaja su olfato.
    • Obediencia básica. Del mismo modo que el trabajo de olfato, el trabajo cognitivo agota al perro. No son animales altamente cognitivos, sino más bien emocionales, por lo que trabajar con ellos mentalmente les resulta agotador. El entrenamiento de ordenes básicas como el sentado, el tumbado, el quieto, el de pie, dar la pata… y otras más complicadas como la llamada, el junto, etc., no solamente ayudan a cansar al perro a diario, sino que lo ayudamos a comunicarse con nosotros y a nosotros con él, aprende a obedecer, fomentamos nuestro liderazgo respecto al perro… son todo ventajas.
    • Rutinas. Obligatorias desde cachorro. El perro tiene la necesidad de una rutina diaria, tanto de paseos como de entrenamiento o ejercicio. Haz las salidas a la misma hora siempre (no siempre por el mismo camino, pero si la salida a la misma hora). Todo lo que trastoquemos sus horarios es descolocarlo.

 

Si estás haciendo alguno de estos puntos de forma incorrecta y tienes este problema con tu perro, verás que cambiando tu comportamiento respecto al perro, modificarás su conducta en pocas semanas. Seguramente no necesites siquiera hacer trabajos de desapego con tu perro. Y si acabas de tener un cachorro, ¡empieza ya! No esperes a que ocurran las malas conductas.

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Artículo escrito por Víctor L.

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